30.12.13

Ganas.

Déjate
diciembre en el perchero de la entrada
las excusas en el bolsillo
y las rosas en la basura.

Siempre es mejor
besar las heridas 
que no se ven
antes que teatros con actores
sin guión.

Andar con pies de plomo
hasta el sofá
en el que alguna vez
hicimos
el invierno a nuestra manera.

La vida
es una carrera de obstáculos
y tu casco
y tus rodilleras
llevan un nombre
que no es el mío.

A veces confundo
mis ganas de ser tonta
con la tontería ésta
de las ganas,
ya no sé
si tuyas o mías.

Ganas de despeinarte,
ganas de sujetarte la camiseta
mientras te quitas la sudadera,
ganas de comerte la boca
o simplemente...

Ganas 
de cagarme en la puta
por seguir haciéndote protagonista
mientras tú
hace días que acabaste 
nuestro libro
por tu cuenta.

28.12.13

Un día cualquiera de Marzo.

Un día cualquiera de Marzo
aprenderé a planchar camisas
dejaré el cigarro de después
y el Facebook será de pago.

Un día cualquiera de Marzo
mejoraré mi alemán
tendré tres gatos
y entraré en una 38.

Un día cualquiera de Marzo
activaré el buzón de voz
subiré a unos tacones imposibles
y echaré un polvo en un motel de carretera.

Un día cualquiera de Marzo
olvidaré que antes nunca reía
reiré por quien se cree recién olvidado
y negaré lo que señalan mis bragas de poeta mediocre.

Un día cualquiera de Marzo
sabré quién fui
ignoraré a dónde quiero llegar
y esconderé...

Que quiero que sea contigo.

19.12.13

Declaración en dos rombos.

El español
tiene cerca de 100.000 palabras
y ninguna de ellas me sirve
para explicar
qué coño me pasa.

Apareciste de repente.
Sí.
Y sigo
sin entender nada.

Al igual que los gatos
se acercan a sus dueños
cuando están hambrientos...

Yo sigo
intentando descifrar
tu cara de pedir cosas:
date cuenta
que de pedir un cigarro
a que te empotren
en la mesa de la cocina,
hay más de media vida.

Que se te escape la vida
por la cremallera
mientras
la muerte asoma
tras unos lacitos
y algo de encaje.

Por suerte
o por desgracia
nunca fui muy de señales:
me saqué el carnet de conducir
a la... Bueno, no importa.

Sólo sé
que si sigues cerca
no podré
"hacer como que no pasa nada"
durante
mucho más tiempo.

Vivir
con este no sé qué
que no sé
cómo se llama.

Un "qué camisa tan bonita".
Ese "quedaría tan bien a los pies de mi cama"...

Las excusas
no me soplan en la nuca...
Es por eso
que te prefiero a ti,
vacío y sin vergüenza,
para llevarme
allí de donde nadie vuelve.

1.12.13

Un poco tuyo.

Ayer vi la vida con tus ojos
fueron sólo cinco minutos
pero bastaron para darme cuenta
de la suerte que tiene.

Contigo la vida siempre está guapa
aunque tenga ojeras
por no haber dormido demasiado
tú siempre logras sacarle la sonrisa en lunes.

Haces que encuentre poesía
en llorarle al viento un noviembre
y cuando nadie encuentra esperanzas
tú se las devuelves maquilladas y bien peinadas.

En tu vida siempre es sábado
de los de ir a pasear por el centro
comprar libros de segunda mano
y escribirte versos en servilletas de una hamburguesería cualquiera.

Me gusta tu vida cuando
se riza las pestañas
porque sabe
que la estás mirando.

En los cinco minutos de ayer
en los que tuve tus ojos
me puse cachonda sólo de pensar
que algún día podías mirarme de ese modo.

Si algún día dejas de mirar
déjame darte besos en las manos
porque no hay más ciego que el que no quiere ver...
Y la vida no merece apagarse tan rápido.

Ayer...
Justo en el minuto 5:01 abrí los ojos:
mi mundo ya era un poco tuyo...
Y ni siquiera eras consciente de ello.

Hoy
mi cobardía
lleva puesto el traje de los domingos
para ver si así me atrevo
a hacer que sepas
que tenerte cerca
es mi suicidio favorito.

28.11.13

La intención es lo que cuenta.

Siempre quise
formar parte de
un experimento sociológico.

Sentir
que hagas lo que hagas
dejará huella
en alguien.

Abrazar
la difícil tarea del cambio
en un algo
que no se mueve.

Creí que no sería capaz.
Pero sí,
lo he hecho.

Acabo de llamarte
y no han pasado
ni 24 horas
desde que nos acostamos:

me ha saltado el buzón de voz.

20.10.13

Dominguitis aguditis.

Dicen
que el domingo
es el día del Señor.

La gente dice mucho
y sabe muy poco.
Cada vez menos.

El domingo es el día del poeta
día en el que puede herirse y sanarse
a su antojo,
día de suicidios emocionales
películas de guión insulso
y un "abrázame por detrás,
que yo no llego".

Yo nunca creí
en la personificación de mis dramas
como el niño
que blande un cazamariposas
para captar alguna muestra de madurez.

Dejémoslo en que todo cambió
el día que llamaste a mi puerta
y te abrí
y sí, tenías cara de drama
y mientras pude recorrer tu contorno
con suspiros de desencanto
tu olor... Se me metió dentro,
reordenó mi caos interno
y me estabilizó de tal forma
que dudo poder volver a dejarme llevar.

Y es que si todos los dramas huelen como tú...
Viva.
Viva la eclosión emocional que suponen
los domingos de resaca.

Y viva la capacidad de algunos dramas
de hacer
que cualquier día
sea domingo por la tarde.

Quizás
si no hubiese ingerido una cantidad insana
de comida rápida
hubiese cogido el móvil
abierto la agenda (por la D de drama)
y le hubiese dado al botón de llamar.

Pero por una vez
el colesterol sirvió de barrera protectora
a mi dignidad.

19.10.13

Y ahora no sé dónde está.

Para Martis


Solíamos quedar
cada mañana
en el mismo lugar:
yo con mi desayuno a medias.
Ella
con su iPod morado 
a todo volumen.

Recuerdo 
que odiaba madrugar
casi tanto
o más que yo.

Llegaba. 
Tarde.
Casi siempre.
Una sonrisa a modo
de disculpa
y no podías evitar
quererla
un poquito más cada día.

Tenía superpoderes
aunque no lo sabía:
mi favorito 
era 
el de venir a merendar 
conmigo, al trabajo,
sin avisar,
siempre que estaba
al borde del colapso.

La primera vez
que me despedí de ella
se iba a Madrid,
con la maleta llena de ganas
y la promesa de vernos allí.

Promesas de volver,
seguir, continuar,
crear, soñar...
Que seguían vivas 
cada vez más.

La segunda vez
que me despedí de ella
ha sido la última.

Y ahora no sé dónde está.


17.10.13

Whopper sin queso.

Es triste pedir
pero más triste es
que nunca le hayáis visto
cómo sonríe
enseñando todos los dientes.

Cómo se parece
a Jean-Paul Belmondo
en "Al final de la escapada"
creyéndose capaz
de conseguir cualquier cosa.

Que si el tatuaje de su pecho
es mi padrenuestro,
el de su espalda me sirve de avemaría
cuando decido
aparcar mi ateísmo en zona azul.

No os podéis imaginar
qué sexy está
fumándose el primer peta de la noche
mientras busco
la poesía que me deben sus manos.

Y es que negarle
significa
acercarme cada vez más.

Con esta puta manía mía
de querer hacerle el desayuno
hasta cuando sé que duerme con otras,
mi herida de 1.85 va camino
de no cerrarse nunca.

Pero es que tampoco
sé si quiero.

Podría estar eternamente
buscando
motivos por los que no quiero
quitármelo de encima
aunque cada vez esté
más lejos.

No pido que entendáis
que quiero que se quede
en mi vida
aunque él no me quiera en la suya.

Porque la poesía
siempre ha estado ahí
para abrazarme
cuando él se cansó de hacerlo
y con eso me basta.

Y no me comáis la cabeza
con eso de que no es para mí
porque todo
lo que escuece, cura.

Y con él
no va a ser menos.

Siento que me pasa
lo mismo que
con los agujeros del emmental:
creo que no le necesito
pero si no está,
no es lo mismo.

Por eso,
mientras espero a que vuelva
el whopper...
Siempre sin queso.

11.10.13

Contrato de alquiler.

Eres un ático con vistas.
Un hogar de altura
cuando tus pies siguen en el suelo.
La luz entrándote en las pupilas
y el reflejo
de un nosotros
resumido en una foto en tu mesilla.
Cuatro pisos interminables
que se dividen en rodillas,
caderas, manos...
Y la sonrisa más larga del mundo.
Aunque
lo que más me gusta de ti
es besarte
las rodillas
después de ver cómo te caes
en el mismo puto estribillo de siempre,
reconozco que tus vistas
son de lo mejor de la ciudad:
ojalá algún día puedas
mirarte de la forma en la que yo te veo.
Sólo así podré
vivirte hasta que expire
el contrato de alquiler.                            

7.10.13

Reconstrucción.

He olvidado voluntariamente
cuándo decidí que te quería
conocer,
cuándo quise
que dejaras de ser alguien
para ser simplemente tú.

Aún no sé
por qué tuve la genial idea
de abrirme en canal
sentarme a esperar(te)
y pretender que fuera recíproco.

Tú me miraste hasta el fondo
desde el minuto uno
y claro:
la adolescente con coletas que escondo detrás
de este escote
quiso creer que con eso bastaba.

Los "quiero" y los "pero no puedo"
jugaban al tira y afloja
con las ganas
que marcaban el camino
entre tu cabeza y mi ombligo.

Fumarme entera.
Fumarte a medias.
Que el tiempo y el humo
detuvieran
mis ansias reconvertidas en enfermedad.

No quiero saber si alguna vez
tuviste ganas
de hacerme el desayuno
o de follarme
en los baños de nuestro garito preferido.

Porque a veces
la felicidad es que tus oídos
no escuchen
lo que tu cabeza ya sabe.

Ignorancia por conveniencia
como terapia de choque
ante un ayer
que apuntaba maneras
para convertirse en mañana.

Pero en un mañana
de la hostia.

Menos mal
que lo vintage
está de moda.

1.10.13

Del amor a Troya hay cuarto y mitad de mentiras.


Todo el mundo miente.
Más, menos,
a la hora del desayuno
o cuando te piden un cigarro.

El cura, tu ex-novio, la panadera,
tu compañero de piso, el periodista,
la vecina de arriba
o tu amor platónico.

Hasta mi profesora de latín mentía.

"Omnia vincit amor".
Aún me acuerdo: el amor todo lo vence...
Mentira.
A Paris no le sirvió de nada.
Sí, ganó a Helena...
Pero a un precio que aún no sé
si yo misma estaría dispuesta a pagar.

En la carrera
por conseguir el amor absoluto
la familia y la pareja deberían jugar
en ligas diferentes
para mandarlas al banquillo
siempre que una de las dos corriese peligro.
Esto también va de acumular
el mínimo de tarjetas rojas
para que no tengas la excusa
de dejarme sin jugar por sanción.

El mismo caballo de Troya
fue una mentira también.
Llámalo mentira
llámalo trampa
llámalo "la estrategia más grande
jamás concebida en la batalla".

Y es que disfrazar con algo aparentemente amable
una amenaza latente
eso
sabemos hacerlo todos.

El problema viene
cuando te pillan antes de tiempo.

11.9.13

Lunes.

Mi cuerpo
pesa más hoy
que ayer
y debo deshacerme
de mi afición a titubear
cuando se trata
de hacer
que la máquina funcione.

No hay forma de regular
el agua de la ducha
y a veces pienso que
"amante = todo arreglado"
sería la ecuación perfecta.

Y vuelvo a pensar
en café recién hecho
y Einaudi
entrando por la ventana
pero lo cierto es
que solo tengo
medio brick de zumo
y se me han quemado
las tostadas.

Repito muchas veces
mi palabrota favorita
mientras
tropiezo con el gato
y se me cae el iPhone al suelo.

Puta vida.


que por más que corra
no lograré esquivar
estas desgracias
dignas
de una peli de los Monty Phyton.

Las llaves del coche.
Dónde. Cuándo.
Mierda.
Llego tarde.

Soy tan yo
que hundirme
en "Coco Mademoiselle"
no sólo no me hace sentir mejor
sino que recuerdo
los muchos euros que se irán
en un frasco nuevo
porque éste ha decidido
jurar amor eterno
al suelo de mi habitación.

Cuando al fin
logro salir
dando un portazo épico
recuerdo
la nítida imagen
de las llaves de casa
encima de la mesa de la cocina.

Pero eso sí:
si no deseas
un feliz inicio de semana
eres
un
amargado
de
mierda.

5.9.13

Arcoiris.

Dícese del atisbo de luz
que asoma
después de la
tormenta.

Vamos, 
como tú.

Más o menos.

1.9.13

Instrucciones para sobrellevar una tormenta

Si es su primera vez
no se avergüence
si siente miedo:
hay valientes de postal
que, a día de hoy,
siguen buscando
refugio,
persona u hogar
-lo mismo es-
donde encontrar
su norte
cuando el cielo
se queja.

Asegúrese
de estar solo en casa.

Pida una pizza.

Familiar, a poder ser:
la ingesta de grasa
enmascarará
los escalofríos.

Por último,
póngase una porno
a todo volumen:
los gemidos
ahuyentarán
la sensación de desamparo.

29.8.13

Gastroenteritis emocional

No sé
si son gases
o esas putas mariposas
con tu nombre
montándose una rave
en mi hipocondrio izquierdo.

No sé
si son vómitos
o es que quiero
devolverte
las palabras que tragué
cuando no debía.

Cuando empecé
en esto de querer
nadie me contó
que dolía
y ahora guardo reposo
por unas iniciales
que llevo grabadas
a base de quizás.

Verso a verso
creía ahuyentar
el dolor abdominal,
pero sólo intentaba olvidar
las últimas palabras
del médico:

"Señorita,
de gastroenteritis emocional
aún no ha muerto nadie".

28.8.13

Triunvirato



Los juegos
sólo funcionan
si todos los participantes
conocen
su funcionamiento.

Yo accedí
a jugar al tuyo
aunque
nunca tuviste cojones
de
explicarme las reglas.

Quizás
fue culpa mía
por querer...
Querer
seguir la partida
cuando
todos sabían
que iba a perder.

Todos menos yo.

El punto de no retorno
llegó
con la victoria aplastante
de la dopamina
sobre mis endorfinas.

El primer whatsapp.
Debí haber huido
entonces,
pero mis ganas
de hacerte el desayuno
pudieron batir
a mis pies anclados.

El segundo.
El tercero.
El cuarto.
El quinto.

Tu conversación ininteligible
de borracho
de tres al cuarto.

Ese "no sé qué"
que todos veían
y tú
te empeñabas en esconder.

Tus manos
queriendo dibujarme
y yo
viéndote en la sombra.

Mientras yo
cayendo
hasta lo más hondo
sin paracaídas.

Los juegos
sólo funcionan
si todos los participantes
conocen
su funcionamiento.

Hay que joderse.

Aquello no era un juego
más bien
mis ansias de autodestrucción
mezcladas con
tus ganas
de provocar extrasístoles
en una víctima inocente.

Después de muchos meses
queriendo ordenar
lo que no te dije,
acabaré
con una amenaza:

Reza
para que este poema
nunca llegue
a manos de
tu novia.

25.8.13

Yo nunca.

Yo nunca
me he declarado en una hamburguesería
-no quiero novios de cheeseburger y refresco XL-.
Yo nunca
he viajado por la Costa Oeste en un Mustang del 67.
Yo nunca
he salido de casa sin ropa interior.
Yo nunca
supe quién era la guapa de las Olsen.
Yo nunca
he querido sin consecuencias
-siempre me han gustado los deportes.
De riesgo.-
Yo nunca
he bailado descalza bajo la lluvia.
Yo nunca
he comprado ropa de una talla inferior a la mía.
Yo nunca
he pasado más de 24h sin dormir.
Yo nunca
he besado con los ojos abiertos.
Yo nunca
he mentido para mi propio beneficio.
Yo nunca
he sudado amor en un portal.
Yo nunca
he tenido esa típica tópica experiencia homosexual
que se suele tener en la universidad.
Yo nunca
he cogido un autobús pensando en no volver jamás.
Yo nunca
he tenido sexo en otro país.
Yo nunca
he lanzado sujetadores a mi cantante favorito.
Yo nunca
he pedido comida para dos en el chino -vivo sola-.
Yo nunca
he esperado que volvieras por donde te fuiste
-el GPS de tu iPhone
debe de haberse estropeado-.
Yo nunca
he volado en helicóptero.
Yo nunca
he estado enamorada de un hombre mucho mayor que yo
-cuando nos quitamos la ropa,
el DNI importa más bien poco-.
Yo nunca
creí en las estrellas fugaces:
siempre pensé que huir
demasiado a menudo
es de cobardes.

Algunas de estas cosas
son ciertas,
otras no:
pero eso de que yo nunca te quise,
eso
eso es mentira cochina.

24.8.13

Anoche parecía buena idea.

Anoche
parecía buena idea.

El humo y la cerveza
se mezclaron con mis ganas
de perderme.

El drum&bass
golpeaba las paredes.

Hielo y hormonas
abocándome
a un viaje de no retorno.

Manos.
Culo.
Espalda.
Lengua.
Cuello. Y vuelta a empezar.

Ser el centro de atención
cuando todo
vuelca.
Retazos de realidad
que mueren
al tercer tequila.

Anoche parecía buena idea.
Hoy ya no:
he despertado sin móvil
sin bragas
y sin ti
haciéndome el puto desayuno,
ese que me prometiste
tras el tercer ron-cola.

Me lo debes.

19.8.13

Al aeropuerto, por favor.

Los que se van
tienen
la culpa en las pupilas
las ganas en las manos
y el equipaje vacío.

Los que saben
que nunca volverán
llevan la libertad
escrita en la frente.

En la puerta
fuma
el que no se atreve
a huir.

Unas maletas sin dueño
dan vueltas
en la cinta transportadora.

Esperan seguir
un camino
aún sin marcar.

Como yo.
Más o menos.

Última llamada al señor García
para el vuelo
con destino Mallorca:
los hay que se arrepienten
de cada error
que no han cometido todavía.

Los que llegan
tratan de aparentar
con gran destreza.

Aquellos
que desearían
no haber llegado nunca
ni se molestan en disimular.

Y en mitad del caos

ligero de equipaje
con cara de falso señor García.

Después de todo
hueles a café barato
a despedida
y a diciembres a cuatro manos.

Malditos aeropuertos:
da igual si me voy
da igual si soy yo la que se queda.

No puedo evitar sentirme culpable.

14.8.13

¿Entonces?

En la polisemia de "tarde"
me perdí.

Nos perdimos.

En tu idioma es "nunca".
En el mío es "todo".

-Nunca
hay que caerse
en quien da todo
el primer día.-

Buscarnos
como una misma definición
en diccionarios diferentes
sólo nos lleva a Babel.
Sin billete de vuelta.

Únicos habitantes
del mayor error ortográfico
desde que nos cruzamos:
mentirte a ti mismo en singular
cuando tenías el plural
a la vuelta
de la esquina.

Hay que ser imbécil.

Perdón por el improperio.
A veces
dejo salir alguno
para que no se me note.

Que tengo miedo, digo.

Cierto día
comprendí
que poseer mucho
era algo bueno.

Yo regalo mi miedo.
No es generosidad
-no lo necesito-
más bien
egoísmo emocional.

Quédatelo.
Regálalo.
Disfrútalo.

Me niego
a poseer algo
que convierte mis domingos
en tus mediodías.

La venganza
se sirve en plato frío.
De postre,
a poder ser.

-La clave está 
en las pequeñas dosis.-

Frías también son
las reconciliaciones.
Al principio.

Escribir un prólogo
no siempre es fácil
si uno no confía
en la historia que viene
detrás.

Por eso
te propongo un trato:
hagámonoslo todo.

A cuatro manos.

Por una puta vez,
que "no sea para tanto".

7.8.13

Suspenso en ortografía

Detenerse siempre.
Atenerse a las circunstancias.

Atenerse a las circunstancias
de tenerse siempre.

Aquí
los ojos del lingüista
sólo ven.

-Ven solo-

Caracteres,
quizás carácteres.

Cobardía
e
inconsciencia
a dos espacios
de distancia.

Puntos finales
nacidos
para empezar
por(que) sí
según el locutor de un dictado
en el que fallar
da más puntos
que hacerlo como todos
esperan
que hagas.


16.7.13

Nota para romper el hielo

¿Jugamos?
No hay reglas
sólo sé
que ambos ganamos.
Da media vuelta. Finge casualidad.
Haz algún comentario tonto sobre el calor.
Yo sí lo quiero, pero no aquí.
Haz como si fueras a marcharte mañana.
Prométeme que no te irás nunca.
Háblame de los activos en bolsa,
que yo mostraré otro tipo de interés.
Dame un poquito de tu miedo.
Alarguemos la partida
hasta que nos hayamos acabado;
y cuando eso ocurra,
volvamos a empezarnos.
Quien dijo que las segundas partes
nunca fueron buenas
no conocía este juego.
Quiérete hasta que los recodos te quieran por sí mismos.
Ciérrame los ojos para oïrte hablar francés:
no sé si sabes,
pero yo tampoco.
Léeme los tatuajes
como si fuéramos a quedar ciegos.
Te prometo que mis 'quizás'
tienen más de 'siempre'
que de 'contigo ya no'.
Métete los comodines
en el bolsillo trasero del pantalón.
Y ahueca los cojines del sofá,
que el té me gusta doble.
Con mucho azúcar.
¿A ti?

13.7.13

Sin receta.

Voy a decirte una cosa:
no merezco que tus iniciales
estén ocultas
en cada uno de mis versos.
Por muy pequeño que te hagas
el recuerdo de tus manos
en mi espalda
delatará tu situación
como el GPS de tu viejo Ford:
el mejor ayudante para perdernos
al calor
de cualquier luna de octubre.
Octubre sigue doliendo
pero no más que el último febrero.
Igual que Adán y Eva
tus costillas me dieron vida
porque mi nombre se grabó
en un hueco ganado a pulso.
Catástrofe de dimensiones bíblicas
al amparo de libros de autoayuda
residiendo temporalmente
en la terminal de salidas del aeropuerto.
Decir adiós
es un tipo de fractura
que no te cubre la Seguridad Social.
Ya que no hay recetas
el remedio está en tus manos:
vuelve
y a cambio te regalo un poema como éste.

10.7.13

Oxímoron

Y es que a pesar de todo aún no sé que es lo que pasó.
Si tú y yo éramos tan felices.

La Habitación Roja.


Eras de ese tipo de personas que antes de llegar sabes que van a joderte la vida.
Eres el resultado de mezclar benzodiazepinas y whisky barato a las 4:48 de la mañana.
Eras todo roce y no atendías a razones.
Eres causa y efecto.
Eras ganas de que llegase el fin de semana.
Eres motivo de arrepentimiento.
Eras consciente del peligro.
Eres los instintos más bajos unidos en uno solo.
Eras aquella primera última noche, en la que fui porque tú eras conmigo.
Eres ojos que dicen lo que tu boca no se atreve.
Eras ese gol en el último minuto.
Eres denuncia por dopaje.
Eras el primer cigarro después de haber dejado de fumar.
Eres acoso emocional.
Eras invierno.
Eres ese golpe en el dedo meñique del pie con la mesilla de noche.
Eras tú y querías ser alguien.
Eres alguien que ya no conozco.
Eras eso que no debía haberme ocurrido nunca.
Eres demasiado a menudo.
Eras.
Eres.
Pero ya no estás.

20.6.13

Retrato robot

El autorretrato que te hiciste a carboncillo
ante tus amigotes con cara de mico
no hizo más que demostrar
que más grande que tu envidia son tus ganas de aparentar.
En las guerras de palabras
debes escoger bien tus armas
porque si te vas por las ramas
la puedes palmar a la primera de cambio.
Dices que me repito
que siempre hablo de lo mismo
pero ya quisiera tu público
sentirse tan vivo contigo
como cuando están conmigo.
Y es que yo para pasar el rato
con un seis y un cuatro
escupo un garabato mejor que tu retrato.
La noche ya no nos une
tus propias palabras te confunden
tu languidez te consume
no hay ni Dios que te escuche
sin querer morirse al primer minuto.
La verdad a la cara es lo más puto
yo te la recito para que suene justo
pero la justicia sin sangre no mola un duro
seguiré tragando mierda, ya lo asumo
pero acabaré pariendo un truño
más grande que el mejor de tus asuntos.
La letra con sangre entra
da igual si es metáfora o verdad verdadera
pero debo dejar de dar vueltas para agradar a quien no me sabe apreciar.
El camino acaba de empezar
voy a dejar que vengas conmigo
para tenerte a tiro cuando me quiera desahogar.
Cuando el río suena, agua lleva
pero no sé si por las malas o por las buenas
va siendo hora de que aprendas
que la prudencia es la panacea
de los poetas que no pretenden nada
bombardeando a fechas
para enseñar a la peña aquello
que aún te queda muy lejos:
la humildad hecha versos
puñetazos conjugados en pasado perfecto
y una respuesta en tu idioma para que no se te escape ni un pelo.

8.5.13

Oda a tu desexistencia

Pongamos que desexistes
de
no existir
o hacerlo sólo
a ratos.
Cuando así sea
hazlo rapidito
que no me entere
como el preadolescente
que,
sobrehormonado,
derrocha expectativas
en una noche que jamás las cumplirá.
Por favor
hazlo ya
deja de existir
no es tan difícil.
No pido que dejes de quererte
no soy mala persona
tampoco
estoy pidiendo un imposible.
No pido amaneceres
en mitad de la madrugada
tampoco digo
que vaya a olvidar tu cara.
Pero no sé
qué idioma usar.
Si no existieras
todo
sería mucho más fácil.
Si tuviera un deseo
daría atrás en el tiempo para
no haberte conocido nunca.
Tarde.
Demasiado tarde.
Pongamos que desexistes
y yo me lo creo.
Cuando la verdad
es
que nunca te fuiste
y ojalá poder decir
que no es cierto.
Porque es de mal nacidos
desear
la muerte de algo/alguien
que algún día
creíste como tuyo.
Pero
qué sería de la poesía
sin poetas
que
además de quererla
sean versos
y pecadores.

29.4.13

Rotura fibrilar

Sé que en su día
prometí
que no te volvería escribir.
Promesas,
como tantas otras,
de las que Ferreiro dice que "no valen nada".
Y es que
cuando a una verdad a medias
le pones acento vigués
se convierte en irrefutable.

protagonista de mis todos
poemas
pajas
frases en servilletas
del último bar en el que compartimos un algo.
Allí
después de tu estampida
pude llorarle a lo que no iba a ser
porque todo lo que quería
ahora se escribía en pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo.
Yo hubiera o hubiese lamido tus miedos
y sé
que tú hubieras o hubieses devuelto la primavera
para meterme el invierno bajo la falda.
La primera noche no
la segunda
te pedí que te quedaras
y tú te fuiste lo más cerca que se puede
cuando un poeta decide separarse de su musa:
te encerraste en el poema
que más me duele recitar.
Aunque no sé
de qué me sorprendo
si
siempre me gustó romperme
por el simple placer de arreglarme después.





23.4.13

Angina de pecho.

Ya está.
Se acabó lo de servirnos
¿servirte?
ración doble de hastío en cada desayuno.

Ya está.
Me hundí demasiado rápido
y no es plan
quedarme sola aquí abajo.

Quizás
sus contracciones ventriculares prematuras
deban llevar
un nombre que no es el tuyo.

Quizás
ella sabiendo que las tuyas
van firmadas
con mi segundo apellido.

Ojalá
destrozarte a hostias el pericardio
porque sin sangre,
duele más.

Che, mirá
siempre supe que dábamos el perfil
de pareja perfecta
para un poema de Pizarnik.

Ya está.
Buscar verdades en el fondo de un gintonic
siempre lleva a
conclusiones precipitadas.

Ojalá
echar atrás el invierno y
cerrarme los ojos fuerte
para no caerme en tus hoyuelos.

Quizás
tú siendo infarto
yo isquemia
y adiós a nuestra esperanza de vida en plural.


9.4.13

Área de descanso

En el rompecabezas de mis ganas

que tu lengua
tiene la solución a mis problemas.

Llegar a buen puerto
por tus ríos
aunque haya que alcanzarte
a nado el ombligo.

Perderme en tus ingles
jugando
a ser ingleses.

Tú, ti, te, contigo.

Que tus caderas sean
la brújula
a la que poder acudir
siempre
siempre que me hagas perder
el norte.

El viaje más húmedo desde la nuca
hasta
el descanso eterno.

Como cuando te invito
a quedarte a cenar
y aceptas sin pensarlo.

Café sin azúcar
porque sé
que lo más amargo se esconde
al bajarte la cremallera.

Al igual que mis dulzuras
acostumbran a esconderse
en una 95D.

Martes de verano de 2009
días
de dar el pistoletazo de salida
empezando por mis bragas
y llegar hasta el final
en un tren de sudor
y palabras ininteligibles
morir justo en la línea
donde se unen tus piernas y tus caderas.

Domingos de otoño de 2011
desprenderse
de los interrogantes que pesan
para buscar respuestas
cuando ya no hay apego.

Y es que a veces
desafinarnos
es la mejor opción
para lograr la melodía perfecta.

3.4.13

Llo-viendo.

Fuera suenan mil voces que no conozco
gusto por aparentar entre tacones y visones
en abril aguas mil
dos mil ganas
de ganarle puñetazos a la primavera.

Saber que estabas lejos me arañó el martes
como quise hacer que no doliera
me rebocé el corazón con dos puñados de mañana.

Ser santo a través del cristal
tic tac toc toc toc
la diversión de los pobres en HD
cuando tenerse aún era bastante asequible.

De repente me creo que llueve
o quizás nos estamos llo-viendo
viendo que es gerundio del verbo ver
entreverte los recovecos de la idea que tengo de lo que algún día será.

Hay cosas que ya te he dicho
repetir ayeres en prime time puede cansar al más paciente
mientras intento olvidar lo que me dices
mis ganas de tus iniciales siguen macerándose en mi tripa.

Cae la noche y pienso más que antes
y es que creo que pensar es igual a romperse
cuando eres tú el que pasea por mis grietas
pido por favor que este viaje no tenga billete de vuelta.

El plan para hoy no necesita instrucciones
hacernos guapos hasta que a alguno de los dos le duela
puedes ponerte el traje de "mi destino favorito":
he guardado un quizás en el bolsillo de la chaqueta
y la línea de meta debajo del ombligo.

Si tus tristuras fueran aviones
mis clavículas serían la mejor pista de aterrizaje.

Din don din...
El vuelo con destino final realizará su despegue en
3, 2, 1... Gute Reise, meine Liebe.

23.3.13

Rescate de emergencia

Yo es que soy muy de reconocerme en los títulos de crédito
Como cuando no hay luces y parece que podemos ser
Ahora sí y ahora no y ahora hacer que el tiempo se detenga
Cruzar el semáforo en rojo es de ser demasiado valientes
Esperar en la esquina a que sea el momento idóneo
Crisis de los 40 cuando todavía necesitas pañales
Mirar que no venga nadie para poder soltar amarras
Los naufragios sin agua son los que más duelen después
Después de que el sol se haya escondido y no puedas llamar a los guardacostas
Porque las situaciones límite son cursillos intensivos de aprender a desaprenderte
Ese tipo de cosas no se aprenden en los libros pero van para examen
Cuando has repetido mis luces y tus sombras no importa la reválida
Y es que ahora quiero que te quedes hasta la última llamada
Desesperarse a primera hora me salió a pedir de boca
Linternas, bengalas y agotamiento de los avisos de emergencia
Cuando pedir socorro parecía la única opción, allí estabas
Haciendo que todo pareciera demasiado fácil.

17.1.13

Contradicción

Tras muchos domingos buscándote entre las pilas de vinilos y polvorientos carteles de cine, en el Rastro, hoy te he visto. Y sé que tú a mí también.

Pero sigues teniendo un precio demasiado alto que no estoy dispuesta a pagar.

6.1.13

Analogía entre corazón y pie derecho.

Empecé 2013 sin propósitos pero con "buen" pie. La noche del 31 al 1 sufrí un percance en mi pie derecho (me abstengo de adjuntar foto por si alguien es extremadamente sensible) que, en su momento, no me impidió seguir bailando, pero yo sólo repetía "cuando llegue a casa y me siente sé que me va a doler". Varias horas más tarde, ya sin maquillaje y en pijama, pude mandarle una foto del pie a un amigo médico: los dos estuvimos de acuerdo en que tenía todas las papeletas para ser una lesión de partes blandas (esguince de ligamentos, para entendernos). Mi respuesta fue "si mañana está peor, voy a   Urgencias". No fui, y al tiempo que la inflamación disminuía mi empeine lucía de un morado verdoso maravilloso que combinaba genial con una blusa que me compré en el Primark el otro día.

Mañana hace una semana del "accidente" y mi pie sigue siendo un mapamundi, con secciones de distintos colores... Pero puedo caminar, que es lo que importa.

Después estás tú. Cuando llegaste, casi sin avisar, creí que me había hecho un esguince de sentimientos... Y que debería dejar de "saber que estabas ahí" por un tiempo, porque dolía mucho. El médico me dijo que tal y como entraste, debía hacer que te marcharas de nuevo... Porque si los sentimientos se siguen forzando al final acaban rompiéndose. No hice caso a las indicaciones porque aún te siento demasiado cerca de mí... Y, lo creas o no... A veces duele (un poquito). Pero tengo suerte de no haberme roto nada... Porque hay una tirita que ha prometido hacerme indestructible.

Y yo soy muy de creerme esas cosas.