11.12.12

Carta al Profesor Oak

Cierto día, alguien me enseñó que la ilusión no se pierde nunca... Y que había que seguir escribiendo la carta con tus deseos a los Reyes Magos, a Papá Noel, a un conejo gris grandote... Da igual: la cuestión es que fuera alguien con poderes mágicos. Como supongo que estos que he nombrado estarán muy ocupados (son malas fechas) ... Me he decantado por el profesor Oak: saberse los nombres de todos los pokémons a su edad... Sólo puede ser cosa de magia.

Ahí voy:

Querido profesor Oak,

Este año no sé si me he portado bien o mal. Sólo sé que en la nochevieja pasada en vez de uvas comí lacasitos... Y supongo que eso influenció un poco todo lo que ha ido pasando este año. No sé cómo estará usted de encargos en esta época de crisis... Pero quiero que sepa que no voy a pedirle nada que se compre con dinero.
Quiero a ese alguien que no se ría de mí cuando pierda estrepitosamente al Mario Kart, alguien a quien abrazarme viendo pelis de terror barato, que se fíe de mis recomendaciones sobre cine con subtítulos, que le guste la cerveza tanto como a mí, que entienda mi humor, que sea más alto que yo (a veces me gusta usar tacones), alguien que sepa ordenar sus pensamientos en forma de relatos y/o poemas, alguien con quien leer a Luis García Montero antes de dormir, si tiene cosquillas es un plus de 3000 puntos, alguien que entienda mi profesión, que sepa unir mis lunares sin mentiras y que se atreva a probar mis experimentos en la cocina. Ese alguien con el que sentirme segura y poder perderme hasta las mil en el garito más cutre de la ciudad... Y que me deje robarle sus jerséis.

Sé que pido mucho... ¡Pero confío en usted! Y si ve que no... Ya si eso me manda una Masterball y me voy yo solita a buscarlo.

Mil gracias.

30.11.12

"Oscuros".

Sofía odia cocinar... Pero ha hecho magdalenas. Anoche no durmió en casa... Y a Pedro le dio tiempo de impregnarse del olor de Jimena. Jimena quiere trabajar en Zara, y a Sofía le vino la regla muy tarde: son de ese tipo de confesiones que sólo se pueden hacer en una parada de autobús. Jonás quiere a Pedro. Pedro quiere mucho a Sofía, pero Sofía se ha cansado de quererle. Al contrario que Fran y Dani... Han hecho una cosa fea pero se quieren como al principio. O más. Amor de ese en el que hay depresiones, disfraces verdes, miedo y pena... Pero que ante todo es amor: la sombra de un niño muerto con un disfraz de payaso no puede romper lo que nació en uno de los baños del "Excuse Me?". Cuesta tanto pedir perdón... Tanto que dan ganas de salir corriendo. Como Blanca no puede huir, prefiere pasar sus tardes con Belén Esteban. Pensar que el plató de Sálvame es la verdadera realidad... Y que "castigar" a Toñi es sólo una forma de demostrarse que sigue viva (a ratos). Toñi parece que tiene mucho más fácil eso de escaparse... Aunque sea para casarse con un hombre al que ni tan siquiera ama... Pero seguro que al final acabaría echado de menos a Tito: Tito es actor, y de pequeño hacía gimnasia rítmica.... Se acaba de quedar sin trabajo, y es tan bueno que está enamorado de un chico que no es capaz de ver toda la magia que tiene dentro... Cosas que pasan.

18.11.12

Meine Lieblingsungeheuer.

Piel.
Resbalarse.
Por ella.
Tic. Tac.
Dos.
En solitario.
Follarse las ganas.
¿Esperar?
Nada.
A cambio de un todo.

3.11.12

Somos aire.

No sé si esto es bueno o malo.
Dualidades indómitas
de las de lanzar una moneda al aire.



El aire es cosa sin casa
casa que no casa
porque
 lo que no casa no cesa.

10.10.12

Otoño.

El juego empieza ya
no sé si serás capaz
quererse en cada esquina
cada vez un poco más.

Lánguido, pálido, gris, escuálido
los recuerdos que se esconden ya no duelen
hasta diciembre seguirán aquí cerquita
yo Superman... Tú kriptonita.

Muchacho triste de excusas fáciles
no necesito demasiadas pistas
las verdades llegan aunque no las pidas
tienes cara de llamarte Otoño.

Y es que en la estratosfera hay muchos castillos...
Pero, ¿por qué nunca llevas llaves?

Granada es mil y siete noches
pensamientos sin terminar que aún no sabes
cuatro manos que parecen ocho y a veces doce
sin ganas de que esto acabe.

El juego empieza ya. No sé si serás capaz.

8.9.12

Tercero B.

He vuelto. Aunque quizás nunca llegué a "irme" del todo. Cuando tus vaqueros y mi vestido de flores conversaban en el suelo de mi habitación tuve miedo, miedo de que te me enquistaras en el ventrículo izquierdo y miedo de verme incapaz de sacarte de allí. Quizás fue el disco de Caspian sonando en bucle   o quizás fue el vino barato que te empeñaste en comprar la última vez. La cuestión es que dejamos de ser uno más uno para convertirnos en dos que tampoco eran dos. Porque romperte el orgullo a besos duele de la hostia, ¿sabes? Supongo que sí... Debí intuirlo cuando te empeñaste en componerme una balada en francés. Y es que este no sé qué que construimos bien se parecía a una peli de las de Guillaume Canet... Donde ficcionar(nos) en exceso puede ser perjudicial para el organismo: ahora cerca ahora lejos ahora no después más tarde tostadas con café. Donde encontrar la solución al enigma en las líneas de tu espalda y cambiar mis trucos por pasar diez minutos cobijada en tus caderas puede costar demasiado caro.
Pero qué más da. Tenemos días y mil escondites para sudarnos hasta el alma.

14.7.12

Vuelta y vuelta.

Volvíamos
y
vimos 
vimos
de vuelta de todo
pronombres
suspensivos
de 
desde
hasta
malabarismos múltiples
para creer
(nos)
algo.

8.7.12

Al fondo a la izquierda.


Diciembre es muy de quererse... Pero él solía llevar guantes incluso en verano. Tenía miedo de tocarme, de sentir que esto que éramos latía sin pensar en un mañana. Le pedí una ventaja de dos atardeceres, quizás tres mediodías perdida en sus costillas. Necesitaba sentir sus yemas recorriendo las líneas de mi espalda, ver como los lunes se volvían madrugadas de viernes sin casi darnos cuenta. Nuestras promesas hechas historia, páginas que cada 14 de agosto había que pasar... O acordarme de que un día se pasaron.
Llegué a pensar que ya nunca más seríamos primera persona del plural... Porque los pronombres llegan sin avisar y duelen tanto como vivir en pretérito. Pedí ser tocada en francés, a ver si así el miedo era algo menor... Demasiado tarde: las ganas se me habían enquistado en la garganta. Vi dos ojos marrones que hablaban diciendo “quiero pero no puedo”... Y entonces supe. Supe que no podía tocarme a mí... Pero que era la única persona del mundo capaz de quererme a través del violín.

19.6.12

Chica del vestido de flores.

Chica del vestido de flores
siempre los mismos errores
a tientas, dos mil perdones
aparentar sobre tacones

se te da de maravilla
maestra en huidas rápidas
promesas que se vacían
en mensajes de despedida.

El viento sobre tu falda
crees que eres muy mala
me río yo del karma
cuando llegue el otoño mañana.

7.6.12

Cambios en el código de (nuestra) circulación.

Tu espalda al final de este laberinto del que no sé salir... Como si de mi viaje favorito se tratara, empieza en el lóbulo de tu oreja y termina en tu talón de Aquiles, pasando por el tatuaje de la nuca y tus hoyuelos. Siguiendo las señales de nuestro propio código de circulación, en la página 253 dice "Se prohíbe romper a besos la estrecha línea que separa manos y miedos si no se tiene la intención de detenerse a mimar clavículas ajenas". Odio la palabra ajeno. Cuando te pones el disfraz de tipo duro y finges no encontrarte en mis poemas, eres ajeno: ajeno a la vida que imaginamos en nuestro fuerte de Playmobil mientras yo intentaba hacer que te gustase el White Russian. Cuando se te pasa la tontería de querer ser invierno, hasta creo que me podría enamorar de ese diciembre que tanto me recuerda al principio. Porque el frío siempre fue algo muy nuestro, de escondérnoslo en el bolsillo de atrás de los vaqueros para, egoístamente, esparcirlo en el dormitorio con la única finalidad de fundirnos como si no hubiese un mañana. Tus manos, mis cosquillas, nuestros "aquí y ahora". Todo son pronombres, ganas de etiquetar aquello que se valora más siendo indeterminado... Porque la indeterminación está más cerca de lo interminable... Y ese tipo de cosas están bien así, sin final. O si lo tienen, doy gracias por estar tan ciegos que no podamos verlo.





19.5.12

seremos grandes en este drama universal
gritándonos lo que un día compusimos
tú tan síncope y yo tan ataque al corazón
pensando en olvidarme de respirar
el día que decidas ser aire.

15.4.12

35 milímetros


Como en esa típica película de sobremesa
donde chico conoce a chica
chica cree que chico es el único
y al final nada sale bien.

Dijiste que podía ser fácil
pero ni siquiera te molestaste en intentarlo.

El teléfono suena, como siempre
y no me atrevo a contestar.
¿Y si eres tú?

Berlín es la ciudad perfecta
para hacer canciones de amor
pero siempre olvido
que te cansaste de ser invierno.

En otra vida debí ser tonta
sigo empeñada en hacerte creer
que las cosas más bonitas del mundo
también pueden decirse en alemán.

Berlín es la ciudad perfecta
para hacer canciones de amor
pero con un corazón sobreexplotado
las cardiopatías son noticia.

Al fin aprendí a montarme mis películas
en versión original y con subtítulos
donde se aceptan finales alternativos.
¿Te gusta quererme en la puerta de Brandenburgo?

Dijiste que podía ser fácil
pero ni siquiera te molestaste en intentarlo.

2.4.12

Nocturnidad envasada al vacío

No nos queda cielo
tampoco vino barato
la cara B de mi único vinilo
como banda sonora de cualquier sábado.
Abramos el Merlot y tus ganas
los problemas, a mi terraza
dos mil revoluciones
o
el mismo coche de siempre
misma noche
misma hora.

9.3.12

Lo bueno de la máscara neutra es que se puede caer.

Tu azotea, mis cigarrillos, vino blanco. David Bowie llamándonos héroes. Que seas invierno cuando sólo quiero quitar(me)te la ropa. Reloj sin pilas. Como cuando digo que "quiero que te quedes" en alemán. Hablarnos bajito para que ese tú que siempre dice "no" no nos escuche. Volver. Soy pésima con los puzzles. Fobia a la primera persona del plural. ¿Te acuerdas del punto exacto en el que siempre me dolía el esternón? Se llama como tú, porque sólo duele contigo. Tus problemas, mis poemas. Tocarnos la magia en tu cocina. Yo soy yo, mis circunstancias y las tuyas. Leer entre líneas. Automedicarme con la cama vacía. Imposibilitarte. Un paso atrás, dos a la izquierda, segundo piso. Vivir incompletos. Seguir adelante es más fácil cuando te empujan. Espinitas. No. Y es que todos mis puntos son débiles si eres tú quien los toca.

14.2.12

Romanticidio en grado de tentativa

Unicornios con purpurina
corazones de fresa
camino de pétalos hasta tu cama
y que nos lo cante Michael Bolton.

Perdona pero no.
Por ahí no paso.

Echarnos la siesta al sol
hacer brownies caseros
whatsapearte cuando esté en tu portal
y que suene algo de Bisbal.

¡No! Mejor si es Marwan.

Tan fácil como eso.

Vomitar arcoiris
sólo es bonito en Hollywood.

Guionistas que por cuatro duros
escriben aquello que quieres oír
pero sabes que nunca pasará.

San Valentín,
el nuevo timo de la estampita
sabor a bizcocho de nata
y sirope de fresa,

Yo lo siento...
Pero tengo la mala costumbre
de empezar a hacer dieta
cada 14 de febrero.

11.2.12

Ejercicios anaeróbicos para corazones vagos.

Blanco sobre blanco
éxtasis soporífero
memorias congeladas
en el segundo izquierda.

Manos que no me encuentran
buscar bien es un arte
matarse es un aprendizaje
de todo lo que vendrá después.

De odios y amores perros
holgazanería emocional
¿tanto cuesta costar(nos) menos?

Hay corazones que necesitan entrenar.
Se recompensará.

30.1.12

Jessica.

Me perdí en sus zapatos de niña de colegio de pago. Los quería. Todo su ser emanaba un espíritu estudiantil que me hacía entrar ganas de volver a la universidad. Jessica llevaba sólo unos pocos meses en Berlín, pero vivir sola la había hecho crecer todo lo que en casa (die Schwarzwald) no la dejaron.

18.1.12

De poemicidas y poemicidios

Se acaban los poemas
el frío se declara culpable
culpable de poemicidio.

¿Puedes llegar a la Luna?
Allí escondí el último.

Subir a oscuras
quinto piso izquierda
té con leche sin azúcar
devuélveme.

Vidas cruzadas
refugio de cobardes sin billete de vuelta
futuro, pasado, presente
¿o era al revés?

15.1.12

Señora turca con bolso de Jägermeister.

Oslem lleva media vida en Berlín. Cada viernes se levanta muy temprano para ir a montar su puesto de medias al mercado turco, que le queda bastante lejos de casa. Al principio, quizás por su edad y/o despiste natural, solía tomar el metro en la dirección contraria, y la idea de los transbordos le causaba una pereza tremenda. Ahora todo se ha vuelto automático, anodino, demasiado rutinario tal vez... Puedes verlo en sus  grandes ojos tristes. Me llamó la atención que una señora de su edad llevase un bolso de Jägermeister, pero lo que después supe es que ése fue el último regalo que le hizo su único nieto antes de irse muy lejos, con la idea de no volver jamás... Sea como fuere, ella sigue esperando.

1.1.12

como usar sábanas de franela en pleno verano.

Contornos
de esos que no se separan
venir
cuando decides irte.
Escritos a lápiz
sujetos a modificaciones
rubor estratosférico
quedarse hasta las mil.
White russian 
desayuno de campeones
ganar(me) la partida
con derecho a la revancha.
Jaqueca emocional
tus asteroides
final del pasillo izquierda
ahora el invierno se arregla bajo el nórdico.