29.12.10

En pequeñito.

Imagina que llegas a casa, después de un horrible día de trabajo. y encuentras este post-it en tu nevera:

Los cinco minutos más que retraso el despertador cada mañana, las últimas cucharadas del bote de Nesquik, la escena del beso de "My blueberry nights", esa ducha de agua caliente cuando sé que llego tarde, el olor a palomitas recién hechas, dormir con sábanas recién planchadas, encontrar una de mis horquillas en tu pantalón, un cucurucho de castañas de la abuelita molona de Colón, oír un "qué guapa estás" en chándal y zapatillas, compartir el café de las 8:45... Y esas jodidas mariposas que se empeñan en llegar al estómago por los pies.

Porque a veces, hasta las cosas más grandes, pueden hacerse pequeñitas (si se resumen como Dios manda).

28.12.10

Hipotéticas suposiciones de un anciano con obesidad.

Odio la navidad. Pero no un odio del tipo "me quiero sumar a la mayoría de progres que dicen que odian la navidad por ir de modernos", sino un odio del tipo "se supone que estas fechas son para disfrutar de la familia más aún si cabe ergo, si mi familia lleva dos años incompleta, me puedo cagar en la navidad mil veces".
No obstante, tenía bastantes esperanzas puestas en estos días... Especialmente, en "eso" que ronda en el aire y que te lleva irremediablemente a querer ver Love Actually a todas horas. No quería regalos, tan sólo me conformaba con que viniese a buscarme la sonrisa más larga del mundo, y me hiciese volver a creer en unos días que supuestamente tienen que ser bonitos, pero despacito... Nada de correr.
Nunca he sido de Papá Noel. No obstante, el otro día llegó un paquete a mi puerta, con una carta suya (supe que era suya porque tenía esa caligrafía bailonga, como de abuelito adorable, y aún tenía restos de nieve finlandesa). Dudando de si mi petición podía caber en aquella caja de zapatos, lo abrí. Dentro había una boina, y la nota decía: "No me puedo creer que seas casi actriz y no tengas boina. Los proyectos de actores sois muy bohemios y ya era hora de que hubiese una boina en tu armario, que es muy de ese estilo". Lo segundo más bonito que me habían dicho en pocos días.

22.12.10

Tal cual.

Es una tarde de domingo en la que podría ser cualquier restaurante del centro: fuera está nevando, mientras Laura y Pablo "comparten" una pizza de pepperoni con extra de queso (lo pongo entre comillas porque Laura está nerviosa, y cuando está muy nerviosa le da por comer, con lo cual... Compartir, lo que se dice compartir... Pues poco).

-Tenemos que hablar.
-¿Qué paaaaaasa, Lauri?
-Es que... Tengo que decirte una cosa pero no sé como decírtela porque no sé si te va a sentar bien.
-¿Cómo que no? Si es por el pizza, no te preocupes, eh. Ni que yo fuera un enfadica de esos, jolín.
-A ver... ¡Pero no frunzas el ceño ya, que no he dicho nada todavía! Bueno... Sí, enfádate un poquitín si quieres, ¡que estás muy guapo!
-¡Laaauri!
-Mmm... A ver... Cómo te lo diría yo... ¿Es que sabes qué pasa? Eres como los agujeros del emmental: pienso que no te necesito, pero si no estás, no es lo mismo... No sé si me entiendes... ¿Qué?
-Que te pases a la mozzarella: no tiene agujeros.
-

19.12.10

Detesto tu forma de echar la pimienta en los espaguetis

… y tu forma de darme los buenos días, y que siempre tomes el café con mucho azúcar, y que me obligues a ver las películas en versión original, y que lleves gafas de sol cuando está nublado, y que siempre me quites la manta cuando dormimos juntos, y que te duermas con la tele encendida y que me niegues que, a pesar de todo, sigues pensando en ella. Eso es lo que más odio.

12.12.10

Complicadísimo.

Hace día de inventarnos un idioma nuevo
de echarte gasolina cuando estoy sin blanca
de escondernos en la esquina más pequeña
de pedirle a la Luna que deje de girar un ratito.

Hace noche de romper a besos el edredón
de quererlo todo aquí y rápido
de robarte para siempre el jersey verde clarito
de desayunarnos sin miramientos la habitación.

Hace tiempo de planear estracandas sin pies ni cabeza...
¡Pero si no te quedas es complicadísimo!

9.12.10

abecé

Arriba

Bonito

Cosquillas

Difícil

Esperar

Farol

Gigante

Heridas

Imaginarte

Julio

Knock-out

Ley de gravitación universal

Mágico

Nariz

O tú o yo

Pensar demasiado

Quiero y no puedo

Rusia

Susurros a medianoche

Tonto

Unión indestructible

Ver (te)

When I'm gone

X si acaso

Zumo de naranja de buena mañana.

1.12.10

M de aMenaza

Los últimos gin-tonics me suelen oler a frío
porque eres un desobediente de las estrellas
alargas tu sonrisa hasta que el sol aparece
mientras yo discuto eternamente con tus planetas.

El último cigarrillo de barandilla veraniega
jamás lo último fue tan primario
y es que con la sonrisa más larga del mundo
nada es tal y como lo piensas.

Me siento cerca del big bang
no me toques, "don't touch me" en inglés
sea como sea, siempre está mal...
And I still don't wanna go to hell.

7.11.10

Por los pies

El otro día se atrevió a llamarme copiona. Sólo pude reírme intentando disimular, porque su "acusación" se basaba en que llevábamos el mismo reloj... Ese por el que me llamaban "cutre" hace unos años pero que siempre lucí con orgullo warholiano; ese por el que nuestro pasillo se hacía un poquito más corto. O, visto detrás de sus cristales, una excusa para llenarme de vergüenza los bolsillos. Escuchar a Wim Mertens mientras seguimos andando un camino con plano detalle de sus zapatillas y de las mías.

Porque quizás se pueda dar la situación hipotética de que las mariposas lleguen al estómago por los pies.

Segurísimo.

29.10.10

Intempestivismo.



El mismo trayecto de siempre
tu cara de sueño, mi cortado con dos de azúcar
hablarnos a las manos
porque tus ojos ya no me oyen.

Lunes de otoño interminable
volver a dibujarte si te dejas
como cuando hago "crac"
y tú convertido en tirita me haces indestructible.

24.10.10

Y es que el globo si lo inflas mucho al final explota.



Cuando hablamos de olvidar a algo/alguien, se puede empezar por cerrar los ojos (o tapártelos, las dos opciones son válidas). La ceguera temporal voluntaria en casos de decepción suele dar buen resultado. Un plantón tras otro. Y es cuando empiezas a intimar con el buzón de voz. Llegan los "ya te llamaré" o "hablamos pronto", en cualquiera de sus variantes; tú lo achacas a incompatibilidad de horarios. Pero las redes sociales hablan por sí solas: de una amistad a prueba de bombas, ya sólo quedan los huesos. De la impotencia que da saber que todo este tiempo no sirvió de nada. Ver recuerdos fundiéndose en el culo de un mini de cali con mora... Hasta convertirse en nada. Pero aún así, tragas. Y le preguntas qué tal van las cosas, y dices de quedar, y nada. Y otra vez igual. Sólo queda esperar a que te canses de mirar, y empieces a ver.
Y es que el globo, si lo inflas mucho, al final explota.

18.10.10

Una imagen vale más que mil palabras.

-¿Qué quieres?
-¿Yo? Nada.
-Lauri... Me conozco esa cara.
-¿Qué cara?
-La cara de "pedirme cosas".
-¿Tanto se me nota? Bueno, en verdad sí. Es que... Tienes un mimito colgando del bolsillo, y otro sentado en la nariz, y otro saltándote las pestañas y otro... Bueno, el otro no lo veo, pero sé que lo tienes dentro del zapato porque le oigo silbar. Y eso... Que, como tienes tantos, por si me podías dar alguno.
-Y yo, a cambio, ¿qué me llevo?
-¿Tú? Tú no tienes cara de pedir cosas.

12.10.10

Rubén empieza por erre.

Rubén tiene seis años y una carilla de haber roto la vajilla entera de su casa. Mi compañera me ha encargado que le cuidase mientras curaban a su madre. Me ha dicho que le encanta pintar a "él y a su padre chutando el balón tan fuerte que casi llega hasta el cielo". Al tercer dibujo, le he preguntado qué le había ocurrido a su mami, por qué estaba malita. Tras oír su "se ha cortado el pie con un cristal porque papá la pone muy nerviosa y estaban discutiendo mucho", no tenía sitio donde poder esconderme.
Le he contado el cuento de "El traje nuevo del emperador", y es un niño tan inteligente que ha hecho un dibujo precioso a medida que el cuento avanzaba. Antes de irse, le he regalado un "lápiz mágico" (uno de estos chiquitines del Ikea), prometiéndole que sólo dibujando con ese lápiz los balones que chutase papi sí que llegarían a tocar las estrellas y todo, y como no mancha... Mamá no se iba a enfadar. ¿Su única preocupación? Si cuando mojabas el lápiz mágico perdía los poderes... Cómo mola ser niño, jolín.

9.10.10

Cuando no te gusta lo que te cuentan en clase de Filosofía.

SÓCRATES.- (se pasea entre las estatuas pero no parece ver a nadie) Hola... ¿Hola? ¿Hay alguien por ahí? Pues vamos bien... ¿Hoy qué tocaban? ¿Holandeses? ¿Italianos? ¿Estudiantes? No me acuerdo... Y yo que me envenené para descansar tranquilo, hay que joderse. ¿Dónde decía lo de la ayuda extra a la comunidad en caso de autolisis? ¿En la letra pequeña del contrato de suicidio? No, claro, si ahora tendré que pedir perdón hasta por ser corto de vista. ¡Esto no va a quedar así! Voy a poner una queja al jefe supremo de la República. Y a afiliarme al Sindicato de Antiguos Bebedores de cicuta On the Rocks. O igual le lloro un poco a Peter, a ver si me adelanta la cita... ¿Que quién es Peter? Ah, bueno... Creo que por aquí abajo se le conoce como San Pedro. Sí, ese... Como tiene tanto tiempo libre, se metió a psicoterapeuta y, al paso que vamos, voy a ser su plan de jubilación. Fue enterarse del suicidio, y vamos: se frotaba las manos como un chiquillo con zapatos nuevos. Si ya me lo decía mi madre “Piénsate bien las cosas antes de hacerlas, chiquitín, no vayas a fastidiar más el asunto de lo que ya está”... Y así me ha ido. Yo creo que mi error fue no alimentarme bien: tener un grifo de Paulaner en el baño y ser un crack con la heladera de Famoplay no son datos de los que sentirse orgulloso. Pero... ¿es esa o no una buena forma de disfrutar la adolescencia? ¿Desde cuando es pecado vivir a tope intentando escapar de las canas y las putas arrugas? Todo para que después me acusen de corromper a los jóvenes... Eso jode, tío, eso jode. Ahora resulta que está mal contarles a una panda de niñatos que envejecer apesta, y que ser guapo y joven es lo que se lleva. De intransigentes está el mundo lleno... ¡Al paredón los mandaba yo a todos! ¡Mierda, meñique, veneno, joder! (hace tres respiraciones largas y profundas. Pausa) Un, dos, tres... Vale, ya paro: Peter me dijo que debía controlar mi rabia respirando profundamente... (Recitando, “de memorieta”) “El caballo desbocado piensa dos veces antes de salirse del camino de la rectitud”, “Hay que saber de dónde viene el aire para dirigir la barca”, “Revolver los cajones de la memoria tiene un precio demasiado alto... Y hace falta estar muy seguro para atreverse” Mhmm no, espera, esta última no me cuadra. Creo que la oí en “Los Soprano”. ¿O era en “La tribu de los Brady”? Total, da igual, en las dos estaban igual de pirados. Y es que hay familias en las que podrías grabar una teleserie completa con tan sólo acudir a sus celebraciones navideñas.

6.10.10

Hagan juego

Dicen que el alcohol cura, mata despacito, incita a la socialización e incluso dispara las neuronas. La cosa va de nublarse con whisky barato, dejar a medias los cigarillos y apostarse la horizontalidad al blackjack. Desnudarse a la luz de una vela que se consume al mismo ritmo que nuestra propia montaña rusa. Que nos salga el sol escuchando a Negramaro. Incluso aprovechar una película uzbekistana en versión original para querernos sin que se enteren, de forma sucia primero y bonita después. Recuerda: sucia primero... Y bonita después:sólo oírte cantar "Por verte sonreír" a grito pelado podría hacerme cambiar de idea.

4.10.10

Arriba las manos

La chica de los pendientes de colores guarda un secreto en la buhardilla: un escudo de aleación de miedo y resentimiento, con forma de corazón. Es una herencia de familia que viene saltando de generación en generación, manteniéndose intacto todo este tiempo. Pero ahora algo debe cambiar: el escudo con forma de corazón de la familia de la chica de los pendientes de colores se ha roto, y la incertidumbre inunda su caminito de leds intermitentes. Y es que los escudos mentales sólo se rompen con balazos de realidad... Y da la puta casualidad de que al chico de la sonrisa más larga del mundo le encanta disparar a quemarropa.

1.10.10

Como idiotas

Era una tarde cualquiera de finales de mayo, con la típica lluvia tonta inglesa que cae sin que te des cuenta. Cuando llegamos al Millenium Bridge, ya estábamos empapados como idiotas. "Mira a lo lejos", me dijiste. "Vámonos a casa, Steve, me muero de frío"."Mira hacia el fondo, ¿ves el final del Támesis?" Para variar, eres la única persona en el mundo en la que encuentro irresistible que no me haga ni puñetero caso. "No, no puedo verlo. ¿Por?" "Por nada... Sólo quiero que seas como el Támesis... Sólo quiero que no te acabes nunca".

24.9.10

Héctor 2.0

Héctor adora las camisas de cuadros: de hecho , muchas de las que su padre ha dado por perdidas, están en su armario. Es de los que nunca da nada por sentado, excepto si el cansancio emocional le impide ver más allá de un vestido vintage del que asoman unas bonitas piernas. Digamos que es de esa clase de individuos que caminan sobre nubes, creyendo que, si dice la verdad, es todo mucho más fácil.
Héctor no es guapo, pero su sonrisa de hijo mayor de "La tribu de los Brady" hace que lo veas así... O al menos un poco. Siempre está rodeado de gente, pero si le conoces bien bien, sabes que sus amigos son iguales a los dedos de una mano (o incluso menos). Su aparente inocencia le hace creer que toda aquella leyenda urbana de la media naranja existe... Aunque el mundo le esté obligando a cambiar de opinión.
A Héctor le encanta ir andando a todas partes. Si va solo, mejor si en el iPod suenan Vetusta Morla o The Morning Benders. Si está bien acompañado, mejor si es a una hora intempestiva... Por aquello de la magia, y las mariposas, y la electricidad.
Héctor lleva gafas sólo a veces. Aunque no las necesite siempre, se autoconvence diciendo que le hacen parecer "interesante". Así le va... Él es de los que no se enamoran nunca, o al menos eso es lo que viene diciendo desde la fase "pelirroja que le engañó como a un bobo haciéndole creer que le había derretido el corazón". Pobre...No se dio cuenta de que se le iba escapando el corazón poquito a poco, cosas de ser un llorón empedernido.
Héctor tiene la gran suerte (o desgracia) de emanar una "abrazabilidad" enfermiza allá por donde va... Serán cosas de tener la mirada vacía, como la de un furby que se ha quedado sin pilas.

Ah... Y es un Bic azul enganchado a una libreta de cuadrícula francesa. Ea.

20.9.10

Es difícil abrir los ojos cuando el cielo se queja.

Me gusta pensar a veces
que el silencio puede durar
más de lo que tú le pidas,
como un niño malcriado.

Parvulario desmadrado de sonrisas inocentes
como cuando dices que vendrás y no
hacer comida para uno
odiarte porque siempre te pierdes.

Estrellas que son testigos protegidos
que sólo se iluminan cuando no queda otra
igual que tu sinceridad sentimentaloide
que sólo sale cuando se me hincha la vena.

Esto no tiene buen color
pero no importa demasiado
suerte que traje el bolso grande...
Sí, ese que tanto odias
con la goma de borrar y los lápices Alpino.

7.9.10

Se alquila habitación

Ya está. Decidido: me quiero mudar a una habitación con vistas. Le he echado el ojo a una que es casi como el paraíso: está escondida en la parte trasera del garito de jazz más antiguo de toda Nueva Orleans. Eso sí, no os creáis que se la alquilan a todo el mundo, ¿eh? Una tiene contactos... Llámese contactos o el completo más barato de la zona: Johnny Bender no ha logrado olvidarme desde aquel 17 de octubre del 1994.
Sea como sea, por fin voy a ser feliz en mayúsculas: en MI paraíso, los zapatos de tacón no duelen, el mousse de chocolate no engorda y suena Louis Armstrong a todas horas.

5.9.10

La rebelión de las máquinas

-¿Me puedo fiar de tu GPS?
-Claro... Sabes que desde que me lo regaló mi padre hemos llegado hasta sitios impensables, ¿por?
-No, por nada... Solo que ahora soy yo la que necesita encontrarse.

2.9.10

Baby, please don't move.

Y en aquel preciso instante sus manos se rozaron tímidamente. Él sabía que no debía mirarla directamente a los ojos, pues eran de un azul tan profundo que corría el riesgo de perdese en ellos. Ella conocía todos los secretos que guardaba su sonrisa prohibida. Vio sus manos, deseosas de dar un abrazo sincero. Él olió su perfume: le gustaba sentirla cercana. Fueron unos segundos mágicos, sembrados de un toque de pícara ternura.
Y cruzaron sus miradas. Y un escalofrío recorrió ambas espaldas. Y una risa cómplice se escapó. Y el tiempo se detuvo.

31.8.10

Los aeropuertos incitan a pensar (quizás demasiado)

Hace tiempo escribí: "No sabes lo que duele quedarse con las ganas". Pero todo quedó ahí. Hasta ayer por la tarde, cuando esa frase empezó a dar vueltas en mi cabeza durante las dos horas y algo que duró el viaje de avión que me llevaría a mi casa desde Leeds, después de un fin de semana legendario. Es lo malo de viajar sola en avión, que por muy acostumbrada que estés, jamás terminas de estarlo del todo. Y es que "aguantarse" las ganas de abrazar fuerte a alguien, tan fuerte que creas que se hace de noche, debería de estar prohibido. Porque es como cuando te das cuenta de que llevas los cordones desatados: te gusta el riesgo de pensar qué pasará "si dejas las cosas tal y como están", pero te asusta hacer algo, por pequeño que sea, y no obtener el resultado esperado.

25.8.10

Unos cuantos botones supersecretos de P.

Penélope está sola cuando hace frío.
Penélope sueña con ser mayor.
Penélope sueña en las noches que hace frío a que es mayor.
Penélope adora que le traigan el desayuno a la cama.
Penélope no tiene quien le traiga el desayuno a la cama.
Penélope cierra los ojos muy fuerte siempre que está triste.
Penélope cuenta hasta diez muy despacio antes de cerrar los ojos muy fuerte porque está triste.
Penélope se desestabiliza fácilmente.
Penélope conoce al culpable.

Si es que...
Aunque muy en el fondo, de Penélopes está el mundo lleno.

14.8.10

Cartas al director

Queridos responsables de la National Geographic:

Les escribo para informarles del descubrimiento de una nueva especie en peligro de extinción, y que suele habitar en sitios distintos, atendiendo a opciones de raza, edad y/o condición laboral. Yo tengo a bien llamarle el "desestabilizador": acostumbra a andar sigilosamente, tanto que cuando eres consciente de su presencia ya es demasiado tarde. De corpulenta figura y ojos interminables, su táctica disuasoria favorita es el abrazo compresivo. Aun estando rodeado de un ambiente hostil, se las apaña para convertir en algodón de azúcar todo lo que toca. Cabe destacar su capacidad de camuflarse con el medio, hecho que aumenta la peligrosidad de sus ataques. Tengo la teoría de que es de la familia de los arácnidos, sólo que en vez de atraparte en su tela de araña, se sirve de una sonrisa inmensa para engancharte y que no desees huir nunca. Hay distinas opiniones acerca de si hay o no una "hembra desestabilizadora"... En caso afirmativo, ejecuta a la perfeccción su papel de "macho alfa" de la manada.
La última vez que me atacó de improvisto tuve hasta náuseas... Pero náuseas bonitas, si es que se puede decir que existen.

11.8.10

Mi rincón favorito de Londres

Tienes que haber estado muchas veces en Londres para pasear por el Soho sin perderte. Es allí, escondido entre banderas multicolor y cafés de diseño, donde se encuentra mi rincón favorito: una tienda de barrio, chiquitita, de estas típicas con tropecientas cosas amontonadas en los estantes. Con tan sólo abrir la puerta ya hueles a bohemio, a experiencias, a flequillos ultralisos a finales de los 60. Digamos que emana ante el "callejeador" como un oasis del pop, en lo que parece una calle (Brewer St) repleta de negocios dedicados al cultivo del placer. Una vez dentro, el tiempo se detiene: es como una especie de campo electromagnético que te va llevando de las montañas de vinilos polvorientos hacia las pelis de cine clásico y de ahí a los objetos de coleccionista de The Beatles, y así sucesivamente... Un día tras otro. Es una intimidad parecida a la que crea Bastián mientras va descubriendo "La historia interminable". Sería un escondite perfecto si tuviese comida... Pero esa es una de las cosas buenas de Londres: tienes un Starbucks justo al girar la esquina de la calle. ¿Y qué hay mejor para admirar un Jefferson Airplane o un The Alan Parsons Project que un skinny latte doble y un pedazo de cheesecake?

5.8.10

Héctor.

(...) Fue hace bastante tiempo: yo aún iba al colegio. Era época de quejarse, lloriquear la escasez económica a los cuatro vientos y de no estar conforme. Con nada. Mientras unos reclamaban un poder que no les pertenecía, otros se regalaban al aire mortecino de cualquier esquina. Y es que, sin recuerdos, pensar en un mañana era mucho más complicado. Aún se notaba la resaca de aquel insípido abril del 87. (Se duerme. Jimena, sin saber qué hacer, finalmente decide despertarle. A Jimena) Perdona... Recordar me hace trabajar demasiado, despierta partes de mí que creía dormidas, como el piano sin afinar, duele mucho más... Y llego al mismo trauma de siempre: la narcolepsia. Hasta que no logré aceptarme, los días en la escuela fueron un auténtico infierno. Por eso, cada vez que intento pescar un recuerdo complicado, no puedo evitar dormirme. A más años atrás, más profundo es el sueño: seguro que piensas que estoy loco.

2.8.10

Se busca

Alexander es un cobardica. Ni bueno ni malo, sólo cobardica. Digamos que es de esa clase de personas que lo suele dar todo por sentado, sin pensar en las consecuencias. Como cuando dijo que ver las estrellas era cosa de cursis: allí estaba yo para recordarle que, según Carl Sagan, estamos hechos de polvo de estrellas. Aunque se retractó, se le olvida a veces. O como cuando dijo que andar descalzo por la hierba era aburrido: le recordé lo mucho que le gustaba que viésemos juntos "Descalzos por el parque", de Gene Saks. También solía decirme que odiaba las tortitas hasta que me conoció: suele pasar cuando subestiman mi capacidad en la cocina.
Pero creo que se ha cansado de aprender conmigo... Ya debería estar aquí: las noches de lluvia de estrellas no son lo mismo sin compañía. El dvd está cargando, y en la mesa he dispuesto todos los siropes por orden alfabético... Tal y como me dijo que le gustaba que lo hiciese.
Ya debería estar aquí: viste de blanco, y su sonrisa es la más larga del mundo. Si alguien le ha visto, que lance al mar una cerilla con olor a manzana: os estaré eternamente agradecida.

30.7.10

La distancia acumula piedras en los bolsillos

No me lances las piedras que te sobran
tienen efecto rebote
puedo dejar de ser la chica de enfrente
para ser simplemente
por tu culpa
ladrona de abrazos
en la oscuridad de una gruta abarrotada.

1.7.10

cuando llueve en verano y te entra hambre de repente

Llueve. Muchísimo. Joder... ¿Piensa parar ya? Maldito paraguas de los chinos. Y eso que los chinos me caían bien, ¿eh? O al menos el chino de mi pueblo. Sí... Ese que tiene el restaurante a las afueras y fuma Marlboro Light. Del largo. Pues ese: su arroz tres delicias es el mejor del mundo,

26.6.10

*

Te gusta aprovecharte
no está bien si no es a medias
pongamos igualdad de condiciones
si no el juego pierde gracia.

Vienes pero no
disimulemos mientras la luna dure
la copa está muy fría
no rompas lo poco que nos une.

Cansancio acumulado
te calmas
me calmas
nos calmamos...
No está bien si no es a medias.

El juego pierde gracia
me gustaba ganar cuando ponía yo las reglas
imposible ahogar las cosas que no flotan
avísame si ves que el milagro se cumple.

16.6.10

Verdad de la buena

Y saber que todo sigue moviéndose a la velocidad de la luz fosforescente mientras tú luchas por alcanzarlo, aun sabiendo que es humanamente imposible correr tan rápido.

¡Si tan solo los pájaros alquilasen sus alas por horas!

14.6.10

10.6.10

Nada es lo que parece.

Esa sensación.

Otra vez.

Improperios perfectamente masticados que se resisten a una digestión mundana.
Sonrisas fáciles en su momento, pálidas amigas ahora.
Verdades como puños. Brindemos en el mismo bar de siempre.
Ese gritar inútil.

Viene.

Es una sensación nueva.
La de ver tu vestido de pseudoprincesa cubierto de vómito impropérico.

9.6.10

un recuerdo (cortito)

-La quimio dura seis horas... Me voy a aburrir.
-Que no, que yo me quedo aquí dándote conversación.
-No, no, mejor vete a clase... Pero enséñame a usar el iPod, ¡que quiero acabar de ver One Tree Hill! Y así me entretengo con el rubio, que está bien bueno.
-Mamá, ¡estás fatal! Jaja

3.6.10

trececatorce.

Atarse los zapatos es una acción mucho más relevante de lo que pensamos: sensación de control, evitar tentaciones, desafiar al infinito constantemente... Hay distintas formas de hacerlo. Y de no hacerlo: en función de nuestras acciones acertamos, o fallamos... O acertamos y fallamos.

Es lo que tiene la incertidumbre... Hace que todo sea mucho más divertido.

21.5.10

Donde dije digo digo Diego.

Dice que Lennon era el mejor Beatle,
que el zumo de piña frío no vale,
que las gafas son elegantes,
eso dice.

Dice que siempre tengo razón,
que miento muy bien,
que es mejor si no hace sol,
eso dice.

Dice que no le gusta comer pipas porque hacen mucho ruido.
Y que es mejor hacer mal muchas cosas juntas porque...
Porque así arrepentirse es más fácil.

Ya ves qué cosas dice.

12.5.10

Los pasillos interminables aguardan sorpresas en sus esquinas inexistentes.

La sonrisa más larga del mundo sirve de analgésico. Ver cómo todas las preocupaciones se esconden en el fondo de un cajón. Saber que pensar mucho es perjudicial, pero que poco a poco va bien. Y cierras los ojos fuerte por si acaso. La sonrisa más larga del mundo aparece y desaparece. Y abres los ojos para que no se vaya. Es algo que queremos ahora y ya, pero hay veces que no puede ser: te gusta tanto... O más que una división con decimales. Cuando lo brillante rebota hay que guardárselo en el bolsillo para que no se acabe nunca. Tercer piso. Pasillo sur. Puerta 207.

7.4.10

La espera desespera.

Decir la verdad parecía no llegar a ninguna parte: esconderse tras un muro de hormigón tranlúcido, tampoco. Son esa clase de contradicciones que parecen ayudar a mantener el equilibrio del universo. Cuando S. se sentía cercana al precipicio, J. trataba de alejarla del borde: se estableció, sin ambos darse cuenta, una rutina desencadenante de una relación destructiva. Las relaciones destructivas suelen serlo porque una de las dos partes no acepta que un día puede llegar el final. Como el toxicómano con sus dosis de heroína: sabe que lo que más placer le da en el mundo, le está quitando la vida; aun así, no puede dejar de chutarse cada vez más. El día que J. dejó escapar a S., algo se marchitó dentro de ella: a día de hoy, le sigue esperando... Creyendo que llegará con dosis industriales de fertilizante premium.

5.4.10

Vida y milagros de S.

-Sueños infinitos
-Correr descalza por el arcén
-Confianza máxima
-Fragilidad absoluta
-Queriendo escapar de la dorada caja de zapatos
-Ojos verdes cuando llueve
-Dieciocho inviernos
-S de siempre
-Siempre porque nunca
-Llorar en la Grand Place
-Se acabaron los enamoramientos con disfraz de postmodernismo finlandés
-Y el final feliz con 6.519.443 mentiras.

31.3.10

Felicidad vs Godot

A lo largo de la historia del teatro, muchos autores se han servido de las típicas emociones humanas para llenar muchas de sus obras. El teatro, en esencia, es una unión de sentimientos elevados a la máxima potencia en las que el escenario es la plataforma perfecta. Y el autor es esa especie de mago capaz de plasmar en papel las ideas que por ahí rondan.
El teatro es arte, la mayor expresión de belleza creada por el ser humano. Con el teatro sentimos y somos capaces de visualizar los instintos frustrados del día a día. Es la vía de escape a una sociedad insípida, falta de tacto, carente de motivaciones. Quien tenga la grandísima suerte de poder estar en contacto con este maravilloso mundo sabrá que no me equivoco, que mis palabras nacen desde unas bases fundamentadas en la ilusión y las ganas del trabajo bien hecho.
Pensar en las distintas etapas por las que ha pasado el teatro es ayudarse a entender la evolución del ser humano en paralelo al curso de la historia. Absurdo, farsa, teatro de la posguerra, surrealismo… Indudablemente, cada época consta de cierto número de obras que las caracterizan.
Si miramos hacia atrás en el tiempo encontraremos referencias al mundo teatral, por mínimas que sean. Si la intención es buena, allá donde queramos ver teatro veremos teatro. En los discursos políticos, con esa forma de hablar tan exagerada y un claro ejemplo de histrionismo; en las guerras también, con sus roles tan claramente diferenciados; quizás también las distintas revueltas sociales a lo largo de la historia, tomando a cada manifestante como un monologuista fortuito. Y en cada uno de esos momentos había, hay y habrá una persona, con virtudes y defectos, buscando algo.
Hoy en día, la existencia de muchos se rige por la búsqueda de la felicidad, esa felicidad que muchas veces parece no llegar nunca. Y es entonces cuando llega el debate “¿Qué es ser feliz?” o la difícil determinación de los baremos de una mayor o menor felicidad en función del individuo.
Samuel Beckett, uno de los autores más representativos del teatro del absurdo, plasmó un magnífico debate sobre la búsqueda de la felicidad en su obra maestra “Esperando a Godot”. En ella Vladimiro y Estragón, los dos personajes principales, basan su existencia en la llegada de un tal Godot, pensando que el desconocido les podrá librar de sus existencias vacías y carentes de motivación. A pesar de haber sido escrita a mediados del siglo pasado, su trama bien podría aplicarse a la actualidad. Dos individuos necios, iletrados, sin ganas de vivir que confían en una dudosa promesa con tal de mejorar su presente. Vladimiro y Estragón admiran a Godot, y saben que éste les podrá beneficiar en su día a día. Da igual que nunca le hayan visto ni hayan escuchado su voz: les han prometido que pueden ser felices fácilmente y no se van a rendir hasta conseguirlo. Bien podrían ser una pareja de hoy día que lucha por seguir adelante, con sendos trabajos que nunca desearon pero que resulta el único medio para conseguir vivir dignamente.
Godot es la felicidad personificada, el sueño cumplido, el final del camino. Por eso los protagonistas de la obra se sienten tan tremendamente frustrados y confusos cuando ven que ese visitante al que esperan tan ansiosamente nunca llega. Vladimiro y Estragón están vacíos, desilusionados, sin ganas. Ya han exprimido sus fuerzas al máximo. Sólo les queda esperar a que ese cambio que les han prometido se haga realidad lo más pronto posible.
Hablando de la vida real, Godot es ese aumento de sueldo cuando las cosas van mal, es ese amigo que te sonríe cuando más lo necesitas, es la mano que te sujeta cuando estás a punto de caer y ese “te quiero” antes de que sea demasiado tarde.
Beckett les llamó Vladimiro y Estragón. Pero podríamos ser tú y yo.

23.3.10

La maravillosa historia de un error incomprendido II

JIMENA.- No recuerdo haberte dicho mi nombre el otro día.

HÉCTOR.- Es que no lo hiciste.

JIMENA.- ¿Entonces?

HÉCTOR.- Lo pone en tu colgante.

JIMENA.- ¿Qué? Sí, perdona... Lleva tanto tiempo conmigo que suelo olvidar que lo llevo puesto.

HÉCTOR.-Deberías tener una teoría para estos casos.

JIMENA.- La tengo.

HÉCTOR.- ¿La tienes?

JIMENA.- Sí, bueno... El 40% es de Joan Fuster, pero no creo que le moleste. Decía que los habitantes de la zona del Niágara están tan acostumbrados al estruendo que producen las cataratas, que son capaces de hacer una vida completamente normal. Como el tic-tac del reloj, o la lluvia: nos hemos habituado a vivir rodeados de cosas tan pequeñas que corremos el riesgo de perdérnoslas. Lo mismo que el colgante: es tan yo que seguiría siendo yo aunque no lo llevase, pero aun así sería menos yo si no lo hiciese. No sé si me entiendes.

4.3.10

seres automáticos.

Parpadeando. Mientras unos dicen que no se quieren ir, está el que no volvió nunca. Rosas plastificadas debajo del colchón. La visita insospechada. Y ocho más tres son cinco para mí. Recuerda que no. Olvidarte del principio y querer un final. Ventana. Rojo y negro con lunares. Camisas de cuadros sin planchar. Arriba. Alternarte. Dame de beber. Gente que canta sin hablar oliendo a Werther's Original. Cocinar con vainilla en polvo. Soñar con ir a China. Quererte de aquí a Rusia. Morirte de frío a 32ºC. Leer los diarios de Hilda para saber menos. Zumbido de buenas noches. Conducir por la autopista. Hacia el cielo. Como cuando cantas "Girl, I'll be a woman soon" y crees que nadie te ve. Lucir nuestra mejor sonrisa. Electromagnetizarte con polvo de tantalio para chocar a propósito. Vivir vencida, vivida, vendada. Lo que viene siendo automatizarse.

15.2.10

Sin cordones

El gran defecto del ser humano:
Hablar cuando el silencio atonta
Ley del mínimo esfuerzo
Acordarse de que es mejor no hacerlo
Correr para llegar lejos
Saber que puedo perderte en el camino
Cantar “Imagine” a grito pelado
Morirnos de frío en agosto
Perseguirte desatada
Como una cenicienta barriobajera.

29.1.10

Y es que

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.


Joan Manuel Serrat, "Aquellas pequeñas cosas"

Y es que era tan fácil hacerla feliz. Lejos de verse colmada de regalos y/o atenciones, nada mejor que algunos momentos gratuitos, que le hiciesen olvidar que el día siete estaba cada vez más cerca. Porque las pequeñas cosas son las que realmente importan: sentirte que estás caminando por un sendero de nubes mientras el cielo huele a calor y vainilla. Inventarme tus respuestas cada vez que tengo dudas. Conservar esa foto que tanto me gusta. O rapear a ritmo de Lorca: porque a veces aquello que aparentemente no tiene sentido lo puede cobrar en el momento menos pensado.

13.1.10

Mentiras y verdades.

El pasado siempre vuelve
exprimiendo notas recordatorias
como un calendario por el que los días no pasan
mi cabeza está llena de post-its.

Todo como antes
los dardos se disfrazan de lazadas
el dolor gusta en pequeñas dosis
tus opciones no me encajan.

Somos metales incompatibles
en esta aleación indestructible
aceite y agua si lo prefieres
pero haciendo nuestro propio final.

11.1.10

Pretextos que necesitan de una larga explicación.


Discúlpeme si reclamo una atención que no merezco, puesto que siempre actúo de buena fe; maldad ninguna hay en mis actos. Sabe que le tengo estima, razón por la cual esto me duele más que a ninguna. No dudo que mi presencia le satisfaga, pero por favor: ahórrese las falsas palabras. No me diga "Oh, que alegría verla, fiel consejera" cuando lo que en realidad desea es bailarle el agua a la princesa heredera. Me cuesta verle, la distancia es lo que tiene; por eso pido diez minutos de conversación cuando se tercie la ocasión. Siempre pensé que podría llegar a ser una centésima parte del porcentaje total de su persona: tal día como hoy empiezo a dudarlo. Si estoy equivocada por favor, esfuércese en demostrármelo.

4.1.10

En vano.

Y me acuerdo de repente: era una obra de teatro en la que los protagonistas se escondían. Se escondían de quienes querían hacerles daño, ya que en el frente hay mucha gente incomprendida. Se escondían una vez. Y otra. Y vuelta a lo mismo de siempre. Pero fue en vano: ella, después de haberle ayudado a él durante tanto tiempo, se equivocó. Quizás fue menos sigilosa que de costumbre, quizás dijo algo que no debía. La cuestión es que los enemigos les atraparon, cosa que él nunca perdonó. Ya de nada servía recordarse tarareando a Yann Tiersen tumbados en la hierba, ni cuando estaban tan cerca que era imposible saber cuando empezaba uno y cuándo terminaba el otro. Recuerdos sin acabar que se perdían sin remordimientos. Ella, ilógica, muda, con los injustos ojos de él acusando la mañana: imposible recuperar conexiones sin futuro.
Pero también había un dato importante. Tras el knock-out, ella logró relajarse: tumbándose sola en la hierba consiguió sentirse totalmente libre.