24.9.14

Me llamo María.

Me llamo María:
soy galleta,
hierba
y la virgen del drama.

Hablo mucho,
soy hipotensa
y propensa
a la hipérbole.

Hablo inglés,
he tenido tres gatos
medio alemanes
y suelo irme
a la Francesa.

Huelo a vainilla,
suelo cruzar en rojo
y no sé silbar.

Jamás salgo de casa
sin un cuaderno
de notas
y mi domingo favorito
es un jueves
a la hora del café,
frío,
si traes un todo
brotando del mío.

Nací un miércoles de marzo
y, parafraseando a Diego,
mis padres
debieron de pensarme
en una siesta de verano.

Odio los guisantes,
me aterran
los aparcamientos subterráneos
y siempre
llego la última
en el Mario Kart.

Contigo
me pasó lo mismo
pero jamás hubo
opción
de apretar el pause
y reiniciar la partida.

"Qué intensa eres"
me dijiste un día.

"Qué equivocado estás"
te dije yo.
"Soy como el Colacao:
difícil
de disolver
en ambientes muy fríos".

Soy una maldita zorra rencorosa,
tengo
muy mal despertar
y me cabrea
la gente impuntual.

Me encanta
hablar de amor
pero quizás
debiera hacer caso a Marwan
y dejar de hablar
tanto.




20.9.14

Coitus interruptus.

Me pisas,
te paso:
qué prisa.
Me pesas,
te dejas,
vuelves.

Me llevas,
te llenas.
Qué menos.
Qué manos.

Nos versamos...
Pero esto no rima ni en prosa.

13.9.14

Enamorirse.

Enreversarse
es la mejor forma
que se me ocurre de meterse en líos.

Entrar en conflicto
con palabras,
latidos, sílabas,
hiatos
y piel.

Sin importar cuándo
acaba una cosa
y cuándo
empieza otra.

Tratar de llegar
al centro de una espiral
de peligro y ganas
en las que superar el límite de velocidad
está penado
con una condena
en la cárcel de tus manos.

Pero supongo que la libertad
es eso:
correr hasta el callejón sin salida
de unos brazos que te oprimen
tan fuerte
que son capaces de tocarte
el corazón
y hacer que vuelva a funcionar.

Y entonces ves la luz
e intentas ir hacia ella
porque
si sabes que esa luz
tiene nombre y apellidos
el túnel se te hace mucho más corto.

Una muerte
vestida de línea recta,
en la que tú
me esperas
a mitad camino.

Lástima
que yo siempre fui
más paralela que tú...

Y ya sabes lo que dicen
en los libros de matemáticas.