14.8.13

¿Entonces?

En la polisemia de "tarde"
me perdí.

Nos perdimos.

En tu idioma es "nunca".
En el mío es "todo".

-Nunca
hay que caerse
en quien da todo
el primer día.-

Buscarnos
como una misma definición
en diccionarios diferentes
sólo nos lleva a Babel.
Sin billete de vuelta.

Únicos habitantes
del mayor error ortográfico
desde que nos cruzamos:
mentirte a ti mismo en singular
cuando tenías el plural
a la vuelta
de la esquina.

Hay que ser imbécil.

Perdón por el improperio.
A veces
dejo salir alguno
para que no se me note.

Que tengo miedo, digo.

Cierto día
comprendí
que poseer mucho
era algo bueno.

Yo regalo mi miedo.
No es generosidad
-no lo necesito-
más bien
egoísmo emocional.

Quédatelo.
Regálalo.
Disfrútalo.

Me niego
a poseer algo
que convierte mis domingos
en tus mediodías.

La venganza
se sirve en plato frío.
De postre,
a poder ser.

-La clave está 
en las pequeñas dosis.-

Frías también son
las reconciliaciones.
Al principio.

Escribir un prólogo
no siempre es fácil
si uno no confía
en la historia que viene
detrás.

Por eso
te propongo un trato:
hagámonoslo todo.

A cuatro manos.

Por una puta vez,
que "no sea para tanto".

1 comentario:

Mi caja de cerillas no es muy grande... Pero seguro que puedo hacer un huequito para la tuya :)