El Cómo de Quién.

Siempre había vivido a las mil maravillas. Rodeada de buena gente, no osaba abrir la boca si alguien decía una palabra fuera de lugar. A pesar de todo, ha heredado el carácter de su padre; está bien orgullosa de la fama que ha adquirido su sarcasmo. Ella no teme a nadie, sólo desconfía de quien no desea verla feliz. Hasta ahora, ese "quien" permanecía escondido, en espera del momento idóneo por atacar y así herir, como si fuera el más cruel de los depredadores; hasta ahora, hasta hace poco. "Quien" tiene olfato de hiena y uñas de gata; y nada a decir de su conciencia, pues carece de ella (ni siquiera conoce el significado de este término). "Quien" sabe exactamente como arañar para hacer el máximo daño posible, "Quien" es mala, "Quien" no tiene corazón.

Como todo en esta vida, cualquier conflicto debe producirse por alguna razón. A veces situaciones malentendidas o personas mal situadaas pueden desencadenar una tragedia. El inicio de esta historia empezaba como muchas ya lo habían hecho: una misteriosa noche de primavera. Ella seguía pensando que todo era perfecto, que a su alrededor todo permanecía tal y como ella deseaba. Pero justo, cuando la luna brillaba de aquella forma que daba miedo de sólo mirarla, "Quien" sacó las uñas; sacó las uñas para deshacer el vínculo que Él y Ella habían creado. Mientras Ella huía lejos, buscando refugio, Él seguía con su empeño de acortar las distancias. "Quien" no podía soportarlo, y se arañaba la barriga como signo de rabia. "Quien" se consume lentamente, esperando la señal que nunca ha de llegar.

Ahora todo son facilidades, sonrisas robadas que esconden una complicidad inagotable. Él y Ella se ven fáciles, próximos, socios que van hinchando juntos su propio futuro.

"Quién" es furtiva, cobarde, prohibida: a "Quien" le enfada la felicidad ajena. "Quien" se acerca, Ella desconfía, Él llora al sentir en su cuello el aliento de la hiena en celo.

Como era de esperar, "Quien" gana. Sólo ha necesitado un golpe de uña para pinchar el globo.