6.11.09

Die Sturm.

Lo pedía a gritos desesperadamente. Con el recuerdo de su voz perdiéndose en la lejanía y la confianza guardada en un cajón, todos los esquemas se rompían. Sus mentiras, la indecisión de ambos, la premura de aquella insulsa despedida; necesitaba restablecer su orden ara poder empezar de nuevo.
Difícil. Era muy difícil. Y es que vivir a base de ilusiones sin fundamento y dobles sentidos era mucho más fácil. Sigue gustando el sufrimiento en pequeñas dosis. Porque el ser humano tiene la extraña afición de complicarse la vida.

1 comentario:

  1. ni qué lo digas.
    damos mil rodeos para al final acabar en el mismo embrollo de siempre.
    casi nunca hay salidas..es eso o es que no queremos encontrar el final, seria algo asi como vivir en la realidad.

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Mi caja de cerillas no es muy grande... Pero seguro que puedo hacer un huequito para la tuya :)