7.4.10

La espera desespera.

Decir la verdad parecía no llegar a ninguna parte: esconderse tras un muro de hormigón tranlúcido, tampoco. Son esa clase de contradicciones que parecen ayudar a mantener el equilibrio del universo. Cuando S. se sentía cercana al precipicio, J. trataba de alejarla del borde: se estableció, sin ambos darse cuenta, una rutina desencadenante de una relación destructiva. Las relaciones destructivas suelen serlo porque una de las dos partes no acepta que un día puede llegar el final. Como el toxicómano con sus dosis de heroína: sabe que lo que más placer le da en el mundo, le está quitando la vida; aun así, no puede dejar de chutarse cada vez más. El día que J. dejó escapar a S., algo se marchitó dentro de ella: a día de hoy, le sigue esperando... Creyendo que llegará con dosis industriales de fertilizante premium.

2 comentarios:

  1. María, muy chulo tu blog!!!

    Y... sí, estoy de acuerdo. Tal y como nuestra AAAAMPLIA experiencia en el tema prueba... la espera desespera!!! jajaja...

    Besicos, guapa.

    ResponderEliminar
  2. Me llenas de orgullo y satisfacciÒn jiji

    ResponderEliminar

Mi caja de cerillas no es muy grande... Pero seguro que puedo hacer un huequito para la tuya :)