13.4.16

DIECISIETE.

Es como si te viera:
1'80
la cara llena de pecas
y un ego que daba ganas
de correrte a ostias
un día sí...
Y al otro también.

Yo no me quedaba corta:
gafas verde pistacho
vestidos baby-doll
y una curiosa predilección
por las causas perdidas
que aún me dura hoy en día.

Madrid, el Moby Dick,
un puñado de canciones intensas
que hoy llenarían el Libertad
y una poca vergüenza
capaz de protagonizar
el próximo taquillazo de Tarantino.

Stand-by
protagonizado por un cruce de acusaciones
digno del Sálvame Deluxe.

Quiero creer
que por orgullo
¿orgullo?
o quizá amor propio
acabé contigo
de la única forma
que no comportaba
consecuencias penales:
te borré del messenger.

Agujero espacio-temporal
de nueve años y algún día:
Londres, una ciudad alemana
de nombre impronunciable
y Madrid de nuevo.

Acabé la carrera
me crecieron las tetas
y sí, tú sigues teniendo pecas.

No veo el botón de reset
debo tener las gafas sucias
prueba con el mando de la tele
que creo que eso de volver a empezar...

Creo que ya nos toca.

1 comentario:

  1. Dicen que nunca es tarde para volver a empezar. O para reanudar algo que quedó en "pause", o para escribir este poema.

    Genial!

    Abrazote.

    ResponderEliminar

Mi caja de cerillas no es muy grande... Pero seguro que puedo hacer un huequito para la tuya :)