7.11.10

Por los pies

El otro día se atrevió a llamarme copiona. Sólo pude reírme intentando disimular, porque su "acusación" se basaba en que llevábamos el mismo reloj... Ese por el que me llamaban "cutre" hace unos años pero que siempre lucí con orgullo warholiano; ese por el que nuestro pasillo se hacía un poquito más corto. O, visto detrás de sus cristales, una excusa para llenarme de vergüenza los bolsillos. Escuchar a Wim Mertens mientras seguimos andando un camino con plano detalle de sus zapatillas y de las mías.

Porque quizás se pueda dar la situación hipotética de que las mariposas lleguen al estómago por los pies.

Segurísimo.